LA MUERTE DE MI PADRE… de Rachman Mitchell

Rachman Mitchel escribe…

Esto tuvo lugar en abril de 1947 cuando yo estaba de vacaciones en Escocia visitando a mi tía Rena en Pitlochry.

Nuestros padres se habían divorciado al inicio de la guerra. Su matrimonio no había sido armonioso y ellos sufrieron una de las peores cosas que le puede pasar a una pareja de casados, la muerte de su primer hijo, John o Jackie, a la edad de cerca de 18 meses, de difteria. El segundo, mi hermana Sheilagh (ahora Roanna) no satisfizo su ansia de otro hijo, de ahí mi concepción y nacimiento.

El que me llevaran a ver a mis abuelos maternos originó largos períodos de separación entre mis padres, y la resultante infidelidad de mi padre fue la última gota que colmó la copa; mis padres se separaron.

Cambios en Mi Vida

Mi madre regresó a Inglaterra y pronto se casó con mi padrastro Frank Clause, alguien cerca de 10 años mayor que ella.

Mi padre, aun teniente de la Marina Real, se unió a ella tan pronto comenzó la guerra y pronto pasó a comandante, con el deber de escoltar a los convoyes que llevaban cañones y tanques al ejército soviético, rodeando la isla del Oso hasta el puerto de Murmansk.

Él nos visitaba cada vez que salía, aunque se había vuelto a casar. Disfrutaba el ser padre y ambos sentíamos su amor y cuidado para con nosotros.

Vinculado a mi 12o Cumpleaños

Al final de la guerra estuvo casi otro año trasladando las tropas de la Mancomunidad Británica de regreso a sus países de origen y fue desmovilizado en julio de 1946. Nos encontramos con él en Londres, para mi 12o cumpleaños, antes de que regresara a su trabajo anterior a la guerra en el Servicio Indio de Silvicultura.

Tuvimos un gran día, al menos lo tuve yo, ya que me llevó de compras a Gamleys, la gran tienda de juguetes de Londres, y me compró un juego de tablero de llamado ‘Dover Patrol’ en el que se jugaba la vieja batalla de Jutland en la que él había participado cuando era un joven de 23 años o algo así, y también un pequeño juego de ajedrez de bolsillo, juego que mucho me gustaba. Mi hermana pasó la mañana con nuestra madrastra “Tíita” May y todos nos reunimos en el  Hotel Cumberland, donde estaban alojados, para almorzar.

Fue allí donde papá habló sobre su padre y cuan orgulloso estaba de él, al enrolarse a la edad de quince en los grandes veleros clippers que hacían la ruta desde Shanghái a Londres en el medio del siglo diecinueve y como luego de tres años de haberse enrolado en la Marina Real como marinero ordinario, se esforzó hasta llegar a capitán. (Posteriormente supe que él probablemente no fue comisionado como capitán)

 Mi Padre, el Héroe

Ni mi hermana ni yo estuvimos probablemente más de cuatro semanas en toda la guerra con nuestro padre, ya que él tenía muy poco tiempo libre, y la mayoría lo pasaba con nosotros. Él era nuestro héroe y nunca tuve la rebelión adolescente contra mi padre, común en la mayoría de los hijos en la medida en que evidencian las debilidades de sus padres.

Él era un hombre expansivo que, cuando viajaba en tren, hablaba con todos, convirtiendo el viaje en un interesante encuentro social.

Su segunda esposa decía que él se quitaría su camisa si alguien tuviera mayor necesidad de ella. Le gustaba tomarse un trago y tendía a pagar el trago de otros en caso de que no pudieran hacerlo.

Ese último día fue feliz y completo y ya no volveríamos a verlo nuevamente.

La Premonición

Esa premonición fue muy fuerte y subimos al bus en la esquina de Hyde Park para ir a la estación Victoria y tomar el tren de vuelta a Sussex

Lloré

No mucho después de este episodio yo había ido a Ascham, que era el nuevo edificio para nuestra Escuela Preparatoria; yo había estado de pupilo en una casa del Colegio Eastbourne por dos períodos antes de eso. Tuvimos un nuevo y excelente Director, Henry Collis, un destacado educador, con una mente y un corazón muy civilizado. Con él tengo una gran deuda de gratitud, al igual que con muchos maestros de la escuela.

Sueño sobre Mi Padre

Después de mudarme para allá tuve un sueño en el que las pertenencias de mi  padre se habían llevado para la escuela después de su muerte. Me desperté sintiéndome triste y culpable en relación al sueño y mi aparente deseo por sus pertenencias.

Henry Collis nos dio la tarea de escribirles a nuestros padres ausentes cada domingo y mi padre respondía en su limpia caligrafía, con fotos de los elefantes con los que ahora trabajaba como Protector de la selva en la India. Me encantaba ver estas cartas con la cabeza del rey en los sellos.

En las vacaciones de Pascuas de 1947, fui a Escocia y estuve allí por un día o algo así en Edinburgh. No puedo recordar con quién. Cuando caminaba por la calle Prince muy cerca de la vieja tienda de mi abuelo materno, una vieja dama me abordó y dijo. “Cualquier cosa que te pase. Recuerda creer en el Señor”

Todo esto lo olvidé y un día estaba parado en el vestíbulo de la casa de mi tía Rena cuando la oí gritando en el baño. Me pregunté que pasaba y cuando salió estaba agitando un papel que resultó ser un telegrama de mi madrastra diciendo que mi padre había muerto de una caída en la India. Mis dos tías habían entendido que mi madre tuvo suerte de casarse con padre. ¡Ellas fueron damas de honor en la boda y pensaban que pudieron ser mejores esposas que mi madre!

La Finalidad de la Muerte

Una parte de mí negaba la muerte y pensaba que todo era una mentira, que él de repente volvería de las fauces de la muerte, tal como lo había hecho muchas veces durante la guerra. No habría luto que pasar. Todos perdieron un familiar en la guerra y simplemente se aceptaba. De hecho lo que pasa es que la pena se lleva por dentro.

Encontraba que no podía hablar sobre lo que sentía con nadie. El único que parecía tener sentido para mí era Ludwig van Beethoven. Cuando oí por primera vez el movimiento lento de la novena sinfonía, me habló de otro mundo, quizás del cielo, a donde la gente puede llegar después de mucha lucha y sufrimiento.

Subud y la Nueva Conexión

Realmente la sensación de tristeza no me abandonó hasta que fui abierto en Subud diez años después, cuando experimenté por primera vez, y por mí mismo, la vibración del alma dentro de mí y la conexión con mi padre.

Viajaba en el metro de Londres cuando de repente sentí a mi padre sentado junto a mí.

Después, una tarde en Wisma Subud, Cilandak, en el viejo salón de latihan, Bapak comenzó a testar el estado de nuestros padres y recibí que él estaba realmente feliz.